Foto de una especie de racimo que las abejas hacen en invierno para guardar el calor.
El invierno en las colmenas.
La actividad en las colmenas depende de cada zona. Es una época importante de cuidados ya que pueden morir, aunque las abejas están adaptadas al frío.
Hay que gestionar el espacio de la colmena, tiene que ser acorde con su tamaño.
Un tamaño interior adecuado significa menos gasto energético y menos espacio para albergar intrusos como ratoncillos que también buscan calor.
Recomendaciones:
-Retirar los cuadros que no son necesarios para que no generen moho.
-Evaluar y fusionar las colonias pequeñas. Aquellas que tengan 4 o 5 cuadros posiblemente no pasen el invierno, y si lo hacen llegarán a la primavera muy debilitadas. En este caso es mejor fusionar esas dos colmenas en una, que llegue una fuerte a la primavera.
-Si las colmenas no tienen reservas suficientes es conveniente ayudar a las abejas en su alimentación, la comida suplementaría tienen que estar cerca de su espacio térmico para que no tengan que moverse y pierdan calor.
-Proporcionar calor suficiente en las colmenas sin olvidar la ventilación para que evapore el agua condensada. En algunas ocasiones hay que protegerlas con una especie de poncho (siempre hay que tener en cuenta la ventilación).
-Preparar a las abejas para que lo pasen lo mejor posible durante el invierno, aunque hay que dejarlas tranquilas.
Son nuestras abejas: ellas cuidan de nosotros y nosotros de ellas.
Como curiosidades se puede añadir que las abejas se agrupan en torno a la reina. Las obreras forman capas concéntricas creando una estructura densa y eficiente. Las abejas mayores, propensas a morir debido a su edad, se colocan en las posiciones exteriores.
Estas abejas sacrifican su comodidad para proteger a las más jóvenes con la reina en el centro. En casos extremos cuando los recursos son escasos las obreras expulsan a los zánganos para conservar energía y alimento.